23 de abril de 2011

El amor a la fuerza entra

Una conocida inició la relación con su actual esposo a través de Internet. 
Menos de dos años después –y habiéndose visto en persona tres veces- ella aceptó la propuesta de matrimonio de él, quien vivía en otro país, lo que suponía cambiarse a su lugar de residencia. 
Un amigo en común le preguntó a ella que pensaba hacer si la convivencia no funcionaba, estando lejos de su tierra y su familia. 
“Comer mierda”, contestó, “toda la que me toque, porque no pienso devolverme”. 
A menudo veo sus fotos en el cara e´libro y me pregunto si la felicidad que reflejan será fruto de una vida plena o de un buen entrenamiento para fingir.

19 de abril de 2011

I wanna be...

Me senté en una esquina el otro día a que me embolaran (lustraran) las botas más desgastadas que tengo. Como el proceso se demoraba por lo maltrecho de los zapatos, le puse conversación al embolador preguntándole cuanto ganaba en un día. 
“Me hago ciento veinte, ciento treinta (mil pesos)”, contestó. 
En mi mejor época -con un cargo de jefatura media, en el nivel de manejo y confianza en la empresa privada- yo me hacía setenta mil diarios, hace tres años, y el salario para el cargo no se ha doblado aún, que yo sepa. 
Me provoca aprender a embolar.

Elemental, mi querido Watson...

Cuando quedé embarazada de mi hija, 
mi pareja y yo vivíamos en ciudades diferentes 
y nos veíamos tres o cuatro veces al año, por períodos máximos de un mes. 
Un amigo de mi marido le preguntó 
cómo habíamos hecho para procrear un hijo en esas circunstancias. 
Él respondió: “Por Internet”.

Servicio Premium

El martes llevé tres chaquetas a una lavandería 
donde iba por primera vez. 
Al preguntar cuando podía recogerlas la dueña me dijo: 
“Aquí las prendas están listas de un día para otro, 
pero para estar seguras venga el sábado”. 
¿¿¿¿ ???
Al recogerlas, habían estropeado dos 
–las negras, las que más uso-. 
¿Sería por el afán?

¡Aquí estoy!

Si, aquí estoy. Después de mucho pensarlo y tener un archivo de borradores listo para ser publicados, pero sin decidirme a hacerlo.
Recientemente leí una entrevista a una bloggera que tiene tres de estos sitios -no se de donde saca tiempo para escribir tanto, a no ser que viva de ello, ¿no?-, y que recomendaba a los que no estaban bloggeando, que simplemente empezaran ya.
Entonces, decidí hacerle caso y dar el paso. Y como diría el docente que me entretiene cada cierto tiempo en un curso libre que tomo, aquí les dejo con mis balbuceos virtuales.
A ver como sale.